Por Sebastián Cerda, Emol, Chile.
El cantante estrena hoy la versión de su clásico que grabó una verdadera selección de figuras del continente, en beneficio de los damnificados por el terremoto. Escúchela aquí.Por Sebastián Cerda, Emol Lunes 29 de Marzo de 2010 16:30 Según Plaza, la nueva ”Que cante la vida” logra realizar la máxima que el tema propone: ”Que se eleven las voces en una cancíón”.
Foto: El Mercurio
Escuche la nueva ”Que cante la vida”
SANTIAGO.- Tan satisfecho está Alberto Plaza con “Que cante la vida 2010”, que no tiene problemas en crear expectativas. “Vas a ver”, dice cada tanto, mientras habla de la versión de su clásico que grabaron diversas figuras de la música latina, en beneficio de los damnificados por el terremoto. Al más puro estilo “We are the world”.
El tema llegó hoy a las radios de todo el continente y España (ver recuadro), pero Plaza pudo escucharla algunos días antes. “Cuando la recibí, me senté frente a los parlantes, la escuché y me puse a llorar como un niño chico. Me emocioné con lo que es capaz de provocar el acto tan simple de haberme sentado en mi pieza, con mi guitarra y escribir una canción”, dice el cantautor remontándose al año 1984, cuando era un estudiante que vivía en un departamento de Santiago junto a su madre.
Hoy el tema, que inmortalizó en Viña ’85, vuelve a sonar, aunque esta vez en las voces de figuras como Alejandra Guzmán, Álex Ubago, Alexandre Pires, Fanny Lú, Franco de Vita, Ricardo Montaner y Juan Luis Guerra, entre muchos otros.
La idea surgió apenas un día después del terremoto, que a Plaza sorprendió en la ciudad argentina de Córdoba. “Allá no tiembla, pero me desperté con un fuerte temblor. ‘Debe ser un terremoto muy fuerte en alguna parte’, pensé, pero nunca imaginé que fuera acá, ni tan grave. Quise volver, pero fue imposible. Incluso tenía escala en Chile, y ni siquiera pude pasar”, recuerda.
Los primeros minutos los vivió con la angustia de encontrar la forma de ayudar, hasta que desde su sello (EMI) surgió la idea de esta nueva “Que cante la vida”.
“Para mí fue una alegría encontrar un lugar para ayudar en medio de esta tragedia. De inmediato nos pusimos a trabajar, movimos nuestros contactos, amigos, y juntamos a 28 artistas de 13 países, en un trabajo titánico, que ha logrado salir gracias a la buena disposición de quienes están participando. En dos semanas, ya teníamos la canción”, cuenta.
-¿Cómo fue el proceso de grabación?
-Imagínate lo que fue coordinar a 28 artistas en sus países, con sus agendas, sus promociones… Es difícil imaginárselo, yo creo que si me hubiera detenido un segundo a pensarlo me habría asustado, pero fue tanta la convicción que lo hicimos. Fue intenso, pero muy entretenido, porque es muy bonito coordinar una acción así.
-Y cuando les dijiste a los más jóvenes que se trataba de “Que cante la vida”, ¿hubo alguno que te respondiera “mándamela para conocerla”?
-Hay algunos que no la conocían, porque no tienen tanta conexión con Chile, pero otros sí. Lo bueno acá es que hay generaciones distintas y estilos distintos. Lo gracia fue juntar la mayor cantidad de estilos y edades, lograr “que se eleven las voces en una canción”.
-¿Qué te pareció esta nueva versión, una vez que la escuchaste finalizada?
-Es muy distinta a la original y muy emocionante. No pocos se pusieron a llorar al escucharla. Es muy emocionante ver una canción que para nosotros tiene una historia, en 28 voces distintas claramente identificables. Es una buena señal, en tiempos en que necesitamos que el mundo esté en esa sintonía.
-Tú pensaste esta canción para grandes coros y ese tipo de recursos, así es que ahora debe estar bien cerca de su estado ideal…
-Fíjate que sí. Está cerca de ese estado ideal, porque lo que propone la canción es eso: Unión, que se eleven en una canción las voces. Claro que cuando yo la hice nunca me imaginé que llegaría a esto.
-¿Qué alcance esperas que tenga esta canción? ¿Esperas al menos que la gente la descargue por los 500 pesos que costará, y no la piratee?
-Yo espero que esta vez sí comprendan que es una ayuda. No es tanto, es un dólar que va directamente a los damnificados, y podemos juntar mucho dinero. Creo que la conciencia de la solidaridad no se ha perdido. Somos más los buenos que los malos que salieron al pillaje.